Como uno puede saber si dos personas están
sintiendo amor, o si solamente uno de ellos lo siente y el otro no. Muchas
experiencias en el amor me ha convertido en una chica orgullosa y muy difícil
de llegar a enamorarse. Antes me gustaban las historias románticas y creía en
ellas, pero ahora solo trato de ignorarlas y ser egoístas con mis amigas al
decir: “que los hombres no valen la pena”. Pero el amor es una fuerza que
siempre está presente y, esta vez, se puso en mi camino para retar a mi corazón
con mi manera firme de pensar.
Este año empecé terminando con una relación que no
le encontraba sentido, no era feliz. Para encontrar la felicidad y a mí misma,
comencé a salir y a divertirme un montón. No quería enamorarme, simplemente
vivir al máximo. No me importó si en alguna fiesta conocía a un chico y al
momento pasara algo, yo sabía en mi mente que siempre llegaría a besos y nada
más. Así pasé las vacaciones y cuando inicié las clases de la universidad, el
destino me puso en una clase muy extraña. Ninguno de mis amigos cercanos
estaban ahí, había gente de mi carrera que era poco conocida, de aquellos que
no van a clases o los que no son populares. Todo empezó cuando me percaté de un
chico que ya antes lo había visto y me pareció simpático, pero casi nunca lo
veía. Desde ese momento sería diferente, ahora lo vería siempre.
Como yo seguía con la idea de “no enamorarme”, el
día en que entablamos una conversación más personal, nos llevó al punto de no
parar de hablar durante el trabajo grupal y durante el camino al autobús.
Estábamos tan conectados, que el mismo autobús no dio rienda a que bajara en mi
paradero para seguir su destino. Ese día, él saldría a un bar con unos amigos.
Ya estaba con él y sin duda, acepté. Entre tragos, conversaciones, música y
diversión, sentí algo especial en él, que en otro chico no había sentido. Ante
él actúe tal como soy yo, una chica loca poco dulce, pero muy interesante. A
diferencia de otros chicos, me conocían sumisa o trataba de actuar, o sea de
ser una chica perfecta. Pero con él fue distinto, y eso me gustó. Sabía que
algo pasaría, pero no quería que pasara, no era correcto besarnos, porque es un
chico de mi misma universidad, carrera y tenemos muchos amigos en común. En sí,
no quería que tuviera esa imagen de mí, una chica fácil, pero pasó, nos
besamos.
Desde ese entonces, nos conocimos más, somos amigos
y quizá algo más. Nuestras experiencias anteriores no nos deja avanzar. En mi
caso, siento que lo quiero, quisiera que me diga: “quiero que seas mi novia”,
pero tengo miedo que esta amistad tan interesante, divertida y linda se derrumbe
al intentarlo. Yo no sé, si él pensará igual que yo. Pero cuando el corazón me
habla me dice que sí, por todas las cosas que hacemos, me dice y hasta donde
hemos llegado. Soy virgen, y con él no la perdí, sino es el primero a quien
permití que sus manos acariciaran mi cuerpo.
Hasta ahora seguimos así. No quiero que se pierda
esta amistad que nos lleva a decirnos te quiero dentro de nuestros pensamientos
y a besarnos, pero el miedo a intentarlo me está cansando. Somos tan iguales y
lo digo por el orgullo, no me atrevo a decirle “te quiero” o expresarle mis
sentimientos, pero él aveces lo hace de la manera poco dulce que a mí me
encanta. Creo que seguiré esperando a que él de el primer paso. El orgullo
sigue siendo dueño de mí.
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