cencia le dijo lo contrario. Hasta que en un acto atrevido de su parte, el no esperó ni un instante, para llevarla a un lugar muy aparte. Él se arriesgó a darle un beso y en realidad obtuvo más que eso, pues el joven sintió como ella se estremeció cuando sus manos tocaron su cuerpo por primera vez. Hasta ese momento, él no supo lo que iba a pasar, pues insisto, su extinta inocencia no sabía a dónde más tenía que llegar.
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Luego el tiempo pasó y él solo quería
hacerle el amor, pues su cuerpo comenzó a necesitar de su calor. Fueron varias
veces las que dejando su trabajo, él iba en su búsqueda. Hasta que en uno de
sus encuentros, ella le contó una de sus verdades. Ya antes había tenido un
matrimonio. Él se dijo a sí mismo en ese momento: “Ella quiere sincerarse
conmigo”, pues se la notaba que quería algo más que un disque amigo. Él no le
dijo nada, ya que él que también tenía un secreto que guardaba. Hasta que en
uno de sus varios encuentros, ella su secreto descubrió, le preguntó si es
verdad que él estaba casado y tenía un hijo. Él no pudo negárselo y ella no
pudo ocultar su decepción también. Sin embargo, ellos seguían frecuentando sus
encuentros, ya que sus cuerpos necesitaban el uno del otro.
Hasta que ella le dijo que con otro hombre
empezó una relación, tal vez por desquitarse, o quién sabe porque, ya que él
hasta ahora no lo entiende y, la verdad, es que al joven tampoco le interesó
mucho eso en aquel tiempo. Y desde aquel momento la pareja comenzó a
distanciarse de a poco.
Pero todo cambió cuando luego de un par de
semanas una noticia ella le dio. Estaba embarazada y una nueva vida comenzó. Él
le dijo que tenga mucha suerte y bendiciones le dio. Pero, qué ironía, él nunca
pensó que justamente ella fuera el amor de su vida. Dicen que no hay más ciego
que el que no quiere ver, y ya en ese tiempo él no pensaba que la iba a volver
a ver.
Al cabo de 9 meses, él recibió una llamada
inesperada una tarde de enero, era ella con la noticia de que había nacido su
pequeño. Había ya dado a luz y le contó que fue de mucho riesgo, que inclusive
hasta la muerte ella no la vio muy lejos. El joven en ese instante agradeció a
Dios por haberla cuidado, porque en el fondo él comenzó a descubrir que se
había enamorado.
No pasaron muchos meses hasta que se
volvieron a ver y nuevamente comenzó el romance, tanto que él no podía creer.
Él nunca fue sincero con sus sentimientos hacia ella, ya que pensó que era
inútil profesarle amor, por más que la vio más bella. Luego sucedió lo
inexplicable, un día él la llamo y le dijo que la amaba. Supongo que la venda
que él llevaba se cayó y su corazón se sinceraba. Era obvio que ella no le iba
a creer, ya que todo lo que él le dijo fue después de beber.
Al siguiente día ella le llamó y le dijo
que le repitiera todo lo que él le dijo la noche anterior, y sí, el lo hizo, se
lo dijo: “Te amo” y desde entonces la vida del joven cambió, ya que no es el
mismo sin ella. Cada encuentro clandestino que ellos tenían para él era como un
sueño maravilloso del que uno jamás quiere despertar. A él no le importó nada
con tal de siempre estar con ella, arriesgó todo y se jugó el todo por el todo.
Él cada vez se fue aferrando más al amor y a la pasión de la joven, al punto de
él creerse el único dueño de su vida y de su amor. Todo era como tocar el cielo
para este par de locos enamorados.
Hasta que un día por casualidad
repentinamente ella se presentó con su marido en el bar donde él joven estaba.
Hasta ese momento él no supo cuán estúpido fue al dejarla ir en el momento que
la tenía solo para él. Es que el no puede hasta ahora concebir la idea que ella
este con otro.
Pero tampoco le importó eso y cada vez
fueron más frecuentes sus encuentros, hasta que irónicamente un 14 de febrero
del 2012, la última vez que estuvieron juntos, ella le pidió que le vaya a ver
a su ciudad, a 300 kilómetros de distancia, 7 horas de viaje y a él sin
importarle nada partió en busca de su amada, pero él no se esperó la sorpresa
de que ella iba a salir con su hijo. Y cuando ya se embarcaron en el automóvil,
ella le dio al niño para que lo tenga, y el joven sintió algo muy especial y
profundo al tenerlo en sus brazos, pues todo parecía que lo que ella le dijo
una vez fue cierto, el niño fue el fruto del amor y la pasión que ella le
entregaba al joven antes de decidir unirse con otro hombre, aunque ella nunca
se lo dijo a tiempo y eso marcó notablemente el destino de esta pareja que a
pesar del tiempo y la distancia, ese amor puro y sincero no ha dejado de
palpitar ni un solo instante.
El joven disfruto mucho ese hermoso pero
muy corto lapso que pudo compartir con ella y el niño como si fueran una
familia de verdad. Sin embargo el tiempo cruel sigue transcurriendo y él no
pierde la fe de que llegue el día en que ese loco amor que un día nació de la
pasión que los dos se entregaron sea una realidad en sus vidas.
Es por eso que el joven no puede decir
“¡Adiós!”, porque su alma y su corazón están allá con ella, y él sabe que
vivirán solo para amar a esa mujer sublime llamada Lucy. Mientras tanto él
tendrá que soportar su vida llena de infelicidad y dolor al no volver a verla.
La verdad de toda esta historia es que ese joven infeliz soy yo, Diego, y creo
que siempre estuve enamorado de ella, pero había dudas que no me permitían
amarla de lleno.
Ahora en todo este dolor me queda el
consuelo de que ella me ama y me desea tanto como yo a ella. Nuestros corazones
son uno solo y eso es lo que me hace sentir que algún día tendré que estar
junto a ella para siempre.
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